La persona promedio generalmente se pregunta cuánto dinero puede ganar durante los próximos diez años, pero por qué no debería preguntarse, cuánta felicidad puede disfrutar durante esos mismos años, o cuánta brillantez puede desarrollar en su mente, o cuánto más hermoso puede llegar a ser en cuerpo, carácter y alma. Al hacerlo descubriría que al vivir para estas últimas cosas, no solo enriquecería perpetuamente su vida y viviría una vida completamente valiosa, sino que además comprobaría que ganar dinero sería mucho más fácil que si simplemente viviera por la ganancia material.
La ambición de la persona promedio es hacer algo grandioso en el mundo de las cosas; pero ¿por qué no es ambicioso de hacer algo grandioso para perfeccionar su propio ser; el mundo más maravilloso del universo? Vale la pena vivir y trabajar por tales ambiciones, pero nuestra atención no ha sido llamada a sus extraordinarias posibilidades; por lo tanto, hemos descuidado lo mayor mientras desperdiciamos gran parte de nuestras energías en lo menor.
Hay una serie de ambiciones fuera de aquellos que son comunes, las cuales podrían atraer nuestra atención con el mayor beneficio, porque no solo son valiosas en sí mismas, sino que conducen a muchas otras cosas que tienen valor. Por ejemplo, el deseo de obtener de la vida todo lo que la vida puede dar, no solo hará que todo se vuelva intensamente interesante, sino que además, se considera más poder.
Efectivamente, si disfrutas de los momentos que la vida te va a ofrecer, vivirás una gran vida, y obtendrás un gran poder. El aumento de tu poder te permitirá llevar a cabo una serie de otras ambiciones, aumentar así la riqueza de tu vida desde casi todas las fuentes imaginables.
Cuando una persona declara que su mayor ambición es Vivir, está tomando lo más interesante, lo más satisfactorio, el curso más beneficioso y completo que puede seleccionarse en la vida. Vivir – en sí mismo – cuando se hace un arte, es una fiesta continua y el hecho de que todo aumento del poder proviene del aumento de la vida, hace que la ambición de vivir no solo sea la mayor ambición de todas, sino el medio a través del cual se pueden realizar todas las demás ambiciones.