Descubre el Efecto Psicológico cuando Actúas como la Persona que Deseas Ser

La actitud victoriosa inspira confianza tanto en los demás como en uno mismo. Su efecto psicológico es convincente.

Camina, y actúa como si ya fueras la persona que desea ser, e inconscientemente estarás poniendo en operación fuerzas invisibles que doblegan las circunstancias para el logro de tu voluntad. Deja que tu aire sea el de un ganador, de una persona que está decidida a abrirse camino en el mundo – de representar algo significante. Pon energía y vida en tu paso; empuje, fuerza, vitalidad, energía en cada movimiento de tu cuerpo. Mira de frente hacia adelante; nunca avergonzado. No te disculpes por ocupar un lugar en la tierra que podría ser aprovechado por otro; tienes tanto derecho como cualquier otro ser humano, ya sea que lo estés haciendo bien, o no lo estés haciendo tan bien como deberías.

No importa lo que venga a ti, la derrota, amenaza de fracaso, nunca pierdas tu consciencia victoriosa. Permite que la gente lea esta declaración en tu conducta, en tu vida en general: “Yo Soy un triunfador, no he mostrado la bandera blanca. No he eludido, he hecho mi parte, no he sido un infiltrado, no he sido un ladrón o un tramposo, quitando lo que otros han ganado y no dando nada a cambio. ¡Yo hice mi parte y puedo levantar la cabeza y mirar al mundo a la cara! ”  

Mientras más molesta sea tu situación, cuanto más difícil te parezca, cuanto más oscura sea la perspectiva, más necesario será llevar esa consciencia victoriosa. Si llevas la expresión de miseria, si confiesas por tu propia cara que has sido derrotado, o que esperas serlo, estás perdido.

La idea victoriosa de la vida, no la idea del fracaso; la ambición triunfante, no la frustrada, es la que debes mantener siempre en la mente, porque esto es lo que teá conducir a la meta que aspiras alcanzar. Ten fe en el poder que te otorgó Dios para tener éxito en un anhelo digno. Concentra tus esfuerzos en su realización, y nada en la tierra puede evitar que tengas éxito. Tal actitud mental te hará un ganador desde el principio, porque siempre te diriges hacia tu pensamiento, hacia tu convicción de ti mismo.

La convicción de que naciste para ganar es una tremenda fuerza creativa en tu vida, así como la convicción de que eres un fracasado te mantendrá abajo hasta que cambies el molde de ti mismo. La vida no es un juego perdido. Es siempre triunfante cuando se juega correctamente. Son los jugadores quienes tienen la culpa. Dios no hizo a un hombre para que fuera un fracaso. Él lo hizo para un éxito glorioso.

Por Orison Swett Marden – Traducción Marcela Allen Herrrera. 

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