Comer Feliz Hace Bien

Tu mente o espíritu está continuamente entregando o recibiendo su fuerza o pensamiento. Cuando estás dando tu fuerza, ya sea en hablar, escribir o en el esfuerzo físico de cualquier tipo, tú eres Positivo.  Cuando no lo usas, eres Negativo o Receptivo; tú entonces, estás recibiendo fuerza o elemento de algún tipo o cualidad, el cual puede ocasionarte ya sea un daño temporal o un bien permanente.

Mientras comes, siempre debieras estar en la condición receptiva porque estás reuniendo elemento material para nutrir el cuerpo; y si comes en un estado de ánimo alegre, calmado, estás recibiendo un carácter similar de pensamiento. Comer y rezongar, discutir violentamente con otros, comer y seguir pensando en el trabajo o planes de negocios, es ser positivo, cuando todo ese tiempo debieras ser negativo. Es como trabajar con tu cuerpo mientras comes. Cuando discutes o te quejas, envías la fuerza que es necesaria para la digestión.  Importa poco si te quejas o discutes en el habla o en el pensamiento.

También hay resultados perjudiciales para ti cuando alguna persona en la mesa, por cualquier razón, te resulta desagradable: ya sea algún hábito ofensivo, una peculiaridad en su modo, o su estado de ánimo, etc. y en lugar de disfrutar de su compañía, te ves obligado a soportar; porque toda la resistencia significa dejar fuera el pensamiento positivo, en otras palabras, estás trabajando mentalmente para eliminar la molestia. 



Especialmente la cena en la última parte del día, debe ser el clímax de felicidad del día, una unión de mentes en perfecto acuerdo con los demás, la conversación debe ser brillante, alegre y de buen humor, el aprecio de los paladares a la cocina artística y el ojo también entretenido con las compañías alrededor. En tal condición y en tal estado receptivo absorbes una fuerza espiritual que viene del pensamiento de todo lo que te rodea y que te beneficiará tanto físicamente como mentalmente.

Pero si comes en un calabozo social, en la barraca  de un restaurante donde se da sólo alimento material, en una familia infeliz, llena de celos y quejas, en una lúgubre pensión, te agotarás a ti mismo poniendo resistencia a las molestias, disminuyendo con ello el poder de la digestión y asimilación de los alimentos; y también absorbes más o menos el descontento o el mal humor de los que te rodean y así te pones una carga más que inútil – una carga que es la causa real de una digestión imperfecta, de la consiguiente debilidad física y la agitación mental o irritabilidad .

Para obtener lo mejor de la vida, debemos abrir la mente en la dirección correcta y mantenerla abierta a la asociación con otras mentes similares, dando siempre el uno al otro y recibiendo el suministro inagotable de fuerza, vigor y los elementos de la eterna juventud.

La fuente de la juventud y la juventud eterna, son una realidad espiritual, al igual que muchas otras cosas que se consideran ideales fantasiosos y se han buscado erróneamente en el estrato físico de la vida. La fuente de la eterna juventud, la juventud del cuerpo, así como de la mente, se encuentra en la obtención de esa actitud mental o condición que es instantáneamente positiva a todo el mal, al pensamiento más crudo y más bajo, pero negativa o receptiva al pensamiento más alto, constructivo, lleno de valor, desprovisto de todo temor, considerando que nada es imposible, no odiando a ningún individuo, sintiendo aversión solo por el error, lleno de amor por todos, pero entregando su compasión con prudencia y cuidado.


Prentice Mulford – Editado del libro “Tu Poder Supremo” – Wisdom Collection

Imagen de Angelo Rosa from Pixabay


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