Desde el nacimiento de mi hijo, nuestras visitas al cine se han centrado en el colorido mundo de las películas animadas. Lo que comenzó como un simple plan familiar para entretenerlo, se transformó en una fuente de inspiración inesperada para mí. Me ha sorprendido descubrir las profundas lecciones y valiosos mensajes que, detrás de sus tramas aparentemente sencillas, estas películas pueden transmitir. Esta semana, quiero hablar de una de mis favoritas: “Zootopia”.
Esta película cuenta la historia de una pequeña conejita que tenía el sueño de convertirse en policía, en una ciudad donde esos roles solo eran ocupados por animales de gran tamaño, como leones, rinocerontes, tigres. A pesar de las dudas y prejuicios de quienes la rodeaban, ella se mantuvo firme en su objetivo, demostrando una determinación admirable, incluso frente a los desafíos que amenazaban con derribar sus aspiraciones. Su viaje no estuvo exento de obstáculos y momentos de desánimo, pero finalmente, a través de su perseverancia, logra vencer los obstáculos y alcanzar su gran sueño.
Esta valiente conejita simboliza una verdad fundamental: la importancia de creer en uno mismo. En muchas ocasiones, caemos en la trampa de compararnos desfavorablemente con otros, lo que magnifica nuestras inseguridades y nos hace sentir inferiores. Nos sentimos como pequeños conejillos entre leones y tigres, pensando que ciertos éxitos solo están al alcance de quienes son más capacitados, inteligentes o fuertes. Sin embargo, “Zootopia” nos invita a reflexionar sobre cómo nuestra propia falta de confianza en nuestras capacidades puede ser nuestro mayor obstáculo.
Realmente, todo lo que necesitamos para triunfar es creer en nosotros mismos; podemos ser un pequeño conejito y, aun así, estar a la altura de los leones.
Las personas exitosas no son inherentemente superiores a nosotros, pero sí comparten algo distintivo: una inquebrantable fuerza interior y una profunda confianza en sí mismos. Estas son personas dispuestas a luchar incansablemente por sus objetivos. Cuando se enfrentan a obstáculos, no permiten que el desánimo tome control; en cambio, ven estas situaciones como valiosas oportunidades para aprender y crecer. Esta actitud es la que realmente distingue a las personas exitosas.
Evitemos caer en la trampa de compararnos con los leones de nuestro entorno y recordemos que incluso ellos comenzaron como pequeños cachorros. Cada uno de nosotros está en un viaje único de crecimiento y aprendizaje. Aquellos a quienes admiramos por sus logros también enfrentaron sus propios desafíos iniciales. Lo importante es avanzar con la firme convicción de que poseemos las habilidades, la fuerza y, sobre todo, la convicción de que somos capaces de lograr lo que nos propongamos.
La enseñanza que nos deja “Zootopia” es poderosa y simple: cree en ti mismo y sigue tus sueños con todo tu ser. Esa es la verdadera esencia del éxito.
Por Marcela Allen Herrera. Experta en Mindfulness y Filosofía del Nuevo Pensamiento.
