La Ley de la Prosperidad



Por Orison Swett Marden.

Todo en la vida del hombre, todo en el universo de Dios, está basado en principios –  sigue una ley divina; y la ley de la prosperidad y la abundancia es tan definitiva como la ley de gravedad, tan infalible como los principios de las matemáticas. Es una ley mental. Sólo pensando en abundancia, podemos manifestar esa vida abundante y próspera que es nuestro derecho; en otras palabras, de acuerdo a tu pensamiento, será tu vida, tu suministro o tu carencia.

Tu actitud mental siempre te será enviada de regreso y será del mismo tipo. Una actitud mental empobrecida sólo te traerá condiciones de pobreza.  Somos las criaturas de nuestras convicciones. No podemos ir más allá de lo que creemos que somos; lo que creemos que tenemos.  Por lo tanto, si pensamos que nunca vamos a ser fuertes o bien vistos como otras personas; ni que seremos exitosos en nuestra profesión, entonces, nunca lo seremos. Si estamos convencidos de que siempre seremos pobres, entonces lo seremos.

No puedes salir de la pobreza cuando no lo esperas; cuando no crees que vas a hacerlo. Muchas de las personas que hoy viven en la pobreza, realmente nunca esperan nada más. Su creencia fija de que nunca serán prósperos, los mantiene en la pobreza; es decir, mantiene sus mentes negativas y en esta condición la mente no puede crear, no puede producir. Sólo la mente positiva puede crear prosperidad; la mente negativa es no-creativa, no-productiva; solo puede derribar, inhibir, prevenir la afluencia de las cosas buenas que anhelamos.

No es tanto lo que haces con tus manos como lo que haces con tu mente lo que cuenta. Todo lo que ha sido logrado por la mano o el cerebro del hombre, tuvo su nacimiento en la mente. El universo mismo es la creación de la Mente Divina. Un esforzado trabajador que anhela la prosperidad, pero que mentalmente se dirige en la otra dirección, es decir, que no cree que va a ser próspero, en realidad está neutralizando su duro trabajo con su pensamiento negativo y destructivo; él está de pie sobre la manguera que conecta con su suministro. Cuando te limitas en tu pensamiento, te estás limitando externamente de una manera que corresponde con tu actitud mental, porque estás obedeciendo una ley que es inmutable.

Notarás que el hombre que pone solamente un centavo en la caja de contribución, no solo es tacaño, estrecho y mezquino en todos sus asuntos de dinero, sino que su cara, toda su persona, tiene una mirada apretada, preocupada y cansada. Siempre está ahorrando centavos, cuidando pequeñas cosas y nunca haciendo grandes cosas. No importa cuánta habilidad natural tenga, su pensamiento estrecho, limitado y pobre lo empequeñece y corta su flujo de suministro. Él no puede hacer grandes cosas porque nunca piensa en grandes cosas. Su distorsionada mente admitirá solo un estrecho suministro en lugar del gran flujo que está literalmente a su disposición.

Debido a que no hemos aprendido a usar nuestras fuerzas de pensamiento, es que la mayoría de nosotros vamos como pobres, sin vislumbrar nunca la maravillosa herencia que nos dejó nuestro Padre que es Todo-Abundancia, Todo-Bondad. Nuestro pensamiento avaro estrecha nuestro suministro.   

Extracto del libro  “Como Atraer Prosperidad” por Orison Swett Marden / Wisdom Collection


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