El tiempo de siembra y cosecha nunca fallan en mi vida. El campo que siembro es el mundo interior. Yo soy mi propio universo. Las semillas que siembro son pensamientos.
El suelo es siempre fértil y las semillas siempre germinan. Siembro continuamente, ya sea consciente de ello o no, estoy sembrando hoy para la cosecha de mañana.
Mi campo estaba lleno de muchas variedades de plantas, las cuales fueron sembradas por mis antepasados durante muchas generaciones. En mi campo brotaban muchas plantas de las semillas del pensamiento de la raza, que fueron sembradas por el viento. Muchas de estas plantas son aquellas que la sabiduría de los siglos ha calificado como buenas. Estas las he cultivado. Muchas de estas plantas hereditarias y sembradas por el viento, eran cardos y espinas. Las he desarraigado y en su lugar he plantado las de mi elección.
El jardín de mi vida ahora está lleno de belleza y abundancia porque he sembrado semillas seleccionadas, etiquetadas con Verdad y cultivadas con Amor.
El campo que encontré mezclado con trigo y cizaña, ahora lo he convertido en un jardín del Edén, donde no hay nada más que belleza y alegría. He plantado el Árbol de la Vida en el y a cada momento me da frutos de Alegría y Paz.
Cada día recojo semillas de todas las plantas de los jardines que me rodean y los siembro para tener aún más frutos del Espíritu. Sé que toda semilla da según su especie, entonces, elijo las especies para que cuando llegue la cosecha yo pueda estar feliz.
Saco todas las semillas del miedo, la duda, la desconfianza y, en cambio, siembro las de la fe, la confianza y la certeza. Elimino muchas semillas de envidia, celos, problemas e inquietudes y siembro las de alegría, bondad, satisfacción y paz.
Diariamente atiendo mi jardín con Amor a la Verdad, sacando con cuidado las malas hierbas. Mediante mis afirmaciones yo aseguro las que deseo cuidar hasta la cosecha. Del río del agua de vida – mi propia Alma – las alimento y la cosecha es segura.
Yo siembro semillas de pensamiento; soy responsable de la cosecha. He colocado un ángel con una espada de fuego en la Puerta para que ninguna semilla que yo no elija encuentre su camino allí. Las llamas las consumen. Ese ángel es mi Afirmación: TODO ES BUENO.
Ninguna semilla de cizaña pasa a mi jardín. Sembrando por la mañana; sembrando al mediodía; sembrando al atardecer; sembrando a la luz del sol; sembrando a medianoche; sembrando en labor; sembrando en juego; sembrando en amor; sembrando en verdad; Yo estoy haciendo ahora mi cosecha de alegría para el mañana.
¡Estoy sembrando Salud y Prosperidad! Estoy sembrando éxito y paz.
En Amor y Verdad, estoy sembrando VIDA. Lo que siembro florecerá en Inmortalidad.
Revista Now – San Francisco, 1903
