La autosuficiencia puede considerarse como característica de una persona madura. Las personas autosuficientes no necesitan apoyarse en otros para tomar decisiones o dirigir sus propias vidas, a diferencia, por ejemplo, de los niños pequeños.
Hay un período en la vida infantil cuando es natural depender de la madre y el padre y dejarse guiar por sus palabras y sabiduría. Pero en la edad de la pubertad se realiza la transición natural y la autoridad pasa a ser la suya propia. No obstante, a veces el padre es demasiado dominante y ejerce su propia voluntad a expensas del desarrollo de la voluntad del niño. Mantiene al chico dentro sujeción hasta que confía enteramente en el padre. A veces la madre dice: “Mi hijo solo tiene un amor: su madre. El preferiría estar conmigo que con cualquier otra persona”. O “Mi hija nunca piensa en salir sin mí”. Esta actitud conduce a la eventual pérdida de independencia mental por parte de la nueva generación porque incluso después, cuando los padres mueren o el niño se casa, el sentido de dependencia se transfiere al esposo,
Superar esta condición no es tarea fácil. El hombre o la mujer con ambición, pero que carece de confianza en sí mismo, debería empezar de inmediato a desarrollarla. Se deben dar todos los pasos necesarios, pero sobre todo debe haber un tratamiento mental y práctica.
Date a ti mismo sugestiones constructivas todos los días. Afirma tu independencia mental y tu fe en tus propios poderes y juicio. Afirma que eres capaz de liderar, que crees en ti mismo y en tu propio juicio. Luego, sale e intenta hacer y actuar de acuerdo con tu afirmación.
Nada es más importante que actuar definitivamente cada resolución o afirmación. Entonces, la mente subconsciente retendrá la impresión y comenzará a construir el estado correspondiente.
Repite: “Yo soy autosuficiente, yo tengo el espíritu de liderazgo, yo soy decidido y dispuesto a asumir la responsabilidad”, entonces actúa como si esto fuera cierto, aunque en este momento no lo sea. Pronto te resultará cada vez más fácil creer en tu independencia y consecuentemente, actuar con enérgica autosuficiencia.
Enseñanzas de Fenwicke Holmes – Marcela Allen Herrera.