Ejercicio entregado por Thomas Troward a su alumna Genevieve Behrend
La voluntad es débil debido a la falta de ejercicio. Entrenar la voluntad es muy similar a entrenar los músculos. Su desarrollo es gradual. Sólo la voluntad puede desarrollar la voluntad; en consecuencia, comienzas con lo que tienes y la expandes y la fortaleces mediante su acción sobre sí misma.
La voluntad débil se manifiesta en dos fases: acción excesiva y falta de acción; el primero como impulsividad, impetuosidad, y el segundo como letargo, desinterés, etc. Es bueno comenzar cada día con la resolución de no apresurarse y no dejar ninguna tarea sin terminar. El esfuerzo en esta dirección es de un valor inestimable. Debe haber un sólo objetivo en tu mente con respecto a tu ejercicio – el desarrollo y fortalecimiento de tu voluntad. Si hay algún otro motivo, se perderá de vista el entrenamiento de tu voluntad.
Realiza tu ejercicio a la hora del día en la que haya menos posibilidades de interrupciones, durante diez minutos consecutivos por siete días consecutivos. Si hay alguna interrupción durante el ejercicio, comienza nuevamente. Si olvidas el ejercicio por un día, antes de que hayas terminado el curso de siete días, comienza todo el conjunto nuevamente y continúa ininterrumpidamente.
Coloca un cuaderno y un lápiz a tu lado antes de comenzar. Ahora toma cincuenta fósforos, botones, pedazos de papel o cualquier otro objeto pequeño, tómalos y ponlos lentamente y deliberadamente en una caja, uno por uno, con un sentimiento de alegría y satisfacción, declarando con cada movimiento: “Yo fortalezco la voluntad “
El pensamiento más importante es que estás entrenando tu voluntad para la particular ventaja de tener una voluntad entrenada, y es por eso que debes cultivar el sentimiento de alegría. El único método mediante el cual puedes estudiar el desarrollo de tu voluntad es mediante el análisis propio y la introspección, de modo que cuando hayas terminado tu práctica, hazte preguntas como estas: “¿Qué pensé sobre el ejercicio mientras lo hacía? ¿Realmente creí que cultivaría mi voluntad o lo hice solo porque me dijeron? ¿Realmente me concentré al dejar caer los fósforos en la caja, o estaba más preocupado con su orden, o me distraje con otros pensamientos, buenos o malos? ¿Estaba mirando el tiempo con impaciencia o estaba involucrada conscientemente en pensamientos de alegría y satisfacción? ¿Tenía una sensación de tensión o estaba concentrada? ¿Creo realmente que entrenará mi voluntad si sigo fielmente lo suficiente como para demostrarlo? ” etc., etc.
Escribe esta serie de preguntas y respuestas en tu cuaderno. Te resultará interesante y alentador guardar este registro y así observar tu progreso.
Puedes estimular el interés en tu ejercicio variando tu resolución o intención. Es decir, una vez mantén una actitud consciente de hacerlo gozosamente, otra poderosamente, otra pacíficamente, y otra contenta, etc., etc. Estas variaciones en el ejercicio con las sugerencias de introspección, que han sido ligeramente cambiadas, fueron tomadas de la mejor autoridad, hasta donde yo sé, en la línea de entrenamiento de la voluntad, y estoy seguro que traerá el logro de una voluntad firme y fuerte, y un uso inteligente de ella.
Extracto del libro “Como lograr tus deseos” por Genevieve Behrend – Traducción y Adaptación Marcela Allen Herrera.
