La Química Mental



El principio fundamental de la química mental es que dos pensamientos opuestos no pueden existir en la mente al mismo tiempo. Si bien es cierto, los pensamientos inferiores y las propensiones animales inferiores son dominantes, con sus opuestos serán neutralizados, y viceversa. Lo inferior no puede existir con lo superior, así como tampoco la verdad con el error o la armonía con la discordia. Uno excluye al otro.

Nadie que sepa algo de química mental debe ser víctima de sus pensamientos o estados de ánimo. Así como el agua más turbia puede ser purificada mediante los procesos de la ciencia de la química física, la mente más desmoralizada puede ser purificada y limpiada por la ciencia de la química mental. El antídoto del pensamiento correcto, la sugestión contraria de lo que lo ha contaminado o envenenado, lo restaurará a la salud.

La forma en que la mayoría de las personas luchan contra el error o el mal en sí mismos, es tratar de expulsarlo mediante un tremendo esfuerzo de la voluntad. Esto es como tratar de expulsar la oscuridad de una habitación sin abrir las cortinas. La oscuridad no es más que la ausencia de luz, y cuando las cortinas se abren, la luz inunda la habitación y no hay oscuridad. El mal no es más que la ausencia del bien, y en presencia del bien huye, como la oscuridad ante la luz.

El mal no puede existir al mismo tiempo, en el mismo lugar con el bien. La química mental elimina los pensamientos destructivos, los hábitos viciosos, las tendencias malvadas, no combatiéndolos o eliminándolos por pura fuerza de voluntad, sino sustituyendo lo malo, por algo mejor, algo elevado.

Vaciar mediante el llenando, es la forma más segura de deshacerse de los enemigos mentales. No podemos expulsarlos directamente, pero podemos sustituirlos con el pensamiento opuesto, el antídoto, el pensamiento de error lo sustituimos por el pensamiento de verdad; el pensamiento de discordia por el pensamiento armonioso, el pensamiento envidioso, de odio, de celos por el pensamiento de amor; el pensamiento malicioso y de mala voluntad por el de buena voluntad; para el pensamiento de fracaso el de éxito, para el pensamiento de pobreza, el de opulencia; para el pensamiento de carencia y limitación, el pensamiento de abundancia; podemos sustituir el pensamiento de malestar o enfermedad por el de salud, podemos enviar imágenes de salud a todas las células del cuerpo, y si estas células se están desanimando o enfermando,  al mantener el ideal de salud, el pensamiento de salud, el pensamiento de vida abundante, podemos estimularlas, animarlas y restaurarlas a la normalidad.  



La constante preocupación, el miedo, los celos, el odio y todas las demás emociones y sentimientos negativos, no sólo empobrecen la sangre, deteriorando así los procesos digestivos; sino que realmente producen cambios químicos en las células del cerebro y en las diferentes secreciones del cuerpo, y de esta manera se induce y facilita el desarrollo de todo tipo de condiciones anormales.  

Ahora está bien establecido entre los mejores médicos, que la prolongada ansiedad, el miedo crónico, el constante presentimiento del mal, el temor a la necesidad, las preocupaciones domésticas, el duelo prolongado, la envidia, los celos, el odio, etc., no solo desarrollan cáncer, sino problemas hepáticos, problemas cardíacos, problemas renales y cerebrales, así como muchas otras enfermedades. Todos sabemos cómo nos hacemos pedazos cuando nos alteramos, esto nos envejece, nos trastorna y arruina nuestra eficiencia; y cómo, por otra parte, el amor, la bondad, la alegría, la serenidad, la contemplación de la belleza, la sublimidad, la grandeza, envían un bálsamo sanador a todo nuestro ser.  

La experiencia nos ha demostrado que los pensamientos, estados de ánimo y emociones más finos traen consigo una sensación de bienestar. Los sentimientos de amor, de afecto desinteresado, de benevolencia, de buena voluntad hacia nuestro prójimo, tienen una influencia estimulante y vitalizante sobre el cuerpo y mientras permanecen con nosotros, siempre nos sentimos mejor, más fuertes, más optimistas y más eficientes. Las emociones opuestas, como sabemos, tienen el efecto opuesto. Destruyen completamente la armonía y la eficiencia del cuerpo y la mente. Todos los pensamientos negativos, pesimistas, todos los estados de ánimo negativos, son destructivos. En lugar de construir, derriban y destruyen. Crean discordia en la mente, y todo lo que introduce discordia en cualquier parte de la máquina humana es perjudicial para la salud. Las cosas que nos hacen discordantes son enemigos físicos y mentales; reaccionan desastrosamente en la vida. No solo destruyen la salud, sino que son fatales para el éxito y la felicidad.

Conociendo estas leyes básicas de la química mental, de una manera general como lo hacemos, parecería lógico que naturalmente tratáramos de protegernos contra nuestros pensamientos, estados de ánimo y temores enemigos. Conociendo los pensamientos y emociones que son constructores de alegría y de salud, promotores de la eficiencia y el éxito, es extraño que no saturemos constantemente nuestras mentes con ellos, y así neutralicemos nuestras emociones enemigas, nuestros estados explosivos, los estados de ánimo desalentadores y destructivos.

En lugar de hacer esto; en lugar de alentar nuestros pensamientos amigos, manteniendo constantemente ante la mente un alto ideal de salud y armonía, y expulsando cada pensamiento discordante, cada enemigo de la armonía como expulsaríamos una tentación al crimen, permitimos que la discordia, el miedo, la preocupación, los celos y el odio generen veneno en nuestro sistema. Y cuando todas las condiciones mentales así creadas se vuelven crónicas, es fácil ver que seguirán resultados terribles.

Esto está en evidencia en todas partes. Los vemos en las pequeñas y marchitas vidas de miles de personas, que son capaces de hacer cosas magníficas, pero que están arrastrándose en la mediocridad, porque alimentan en sus corazones odio, sospechas, rencores de todo tipo, envidias y celos. Una variedad de sentimientos y emociones negativos que los esclavizan y reducen su eficiencia al mínimo.  Ellos son víctimas de una actitud mental desafortunada, de carácter insignificante, un don nadie, y si no fuera por sus enemigos mentales, podrían ser hombres y mujeres excelentes, útiles, felices y exitosos.



Hay una ley en Inglaterra que decreta que, si puedes mantener al cobrador fuera de tu casa, evitar que ingrese, él no puede denunciarte, pero si una vez entra, puede permanecer hasta que pagues tu deuda. Si no pagas, él puede denunciarte. De igual forma, si puedes mantener los pensamientos viciosos y venenosos fuera de tu mente, no pueden hacerte daño, pero si una vez los dejas entrar, causarán estragos en tu vida y arruinar todas tus perspectivas. Están siempre al asecho, tratando de forzar una entrada a tu casa mental, y la única manera de ser inmune a sus ataques, es mediante la práctica diaria de la química mental hasta que te conviertas en un experto. Es glorioso darse cuenta de que todos podemos hacer esto, si queremos. Podemos controlar absolutamente nuestros pensamientos. Podemos dominar completamente nuestro mundo mental y librarnos para siempre de todos los enemigos de nuestro bienestar físico, mental y espiritual.

Como todos los problemas que parecen ser difíciles, son la cosa más simple cuando lo entendemos. San Pablo condensa toda la filosofía, toda la ciencia de la química mental en el precepto: “lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, piensen en estas cosas”. Es simplemente en lo que permitimos que se fijen nuestras mentes. Cualquier pensamiento que sostengamos en la mente, representa una cosa definida, y mientras tengamos el pensamiento en la mente, lo estamos atrayendo; lo que representa se está desarrollando en nuestro cerebro, en nuestro carácter, se está manifestando en nuestros cuerpos, en nuestra expresión. Es el pensamiento de la cosa, lo que produce el efecto que es semejante, la cualidad que se corresponde con él.

Sabiendo que los pensamientos opuestos no pueden ocupar la mente al mismo tiempo, depende de ti, si por tu propia voluntad, elegirás los pensamientos que te mantendrán al nivel del bruto o los que te elevarán al plano de tu Naturaleza divina, a la altura de tus posibilidades divinas. Por ejemplo, puedes concentrarte en el pensamiento de amor, y todo lo que implica, paz, armonía, amabilidad, equilibrio, buena voluntad, etc., y tú irradiarás esas beneficiosas cualidades; tu influencia edificante y útil se sentirá donde quiera que vayas. O puedes concentrarte en el pensamiento de enojo, odio, celos, venganza o egoísmo, que desplazará al amor con toda su sanidad divina, su beneficiosa influencia y te arrastrará hasta al nivel de tu naturaleza inferior. Y así sucesivamente a través de toda la gama de sentimientos humanos y emociones.

Obtendrás una imagen vívida de la devastadora influencia de los pensamientos y emociones inferiores si miras a un hombre en las garras de un violento ataque de ira. El semblante que quizás unos minutos antes era plácido, calmado y dulce, se transforma en el de una bestia. La naturaleza inferior del hombre, el bruto quela ira se desató, mira por sus ojos, eclipsa la belleza de su expresión y estampa en su lugar, su propia imagen salvaje y cruel. En un instante no solo la cara sino el hombre entero queda completamente cambiado.

Todo lo que se opone a lo divino, la bestia dormida en él, se ha despertado y ahora revela su fuerza bestial en cada lineamiento, en cada movimiento del cuerpo.Ahora, una persona que es víctima de un temperamento irritable,  que se mueve fácilmente a tales devastadores ataques de ira, puede, mediante la práctica diaria de la química mental, librarse de esta terrible obstrucción a sucrecimiento. Él puede transformar al hombre animal en el hombre intelectual, el hombre espiritual, mediante la renovación de su mente, cambiando su pensamiento, deteniéndose en los opuestos del odio y la ira – el amor y la buena voluntad.

Sabemos que podemos desarrollar una capacidad matemática ejercitando esa parte del cerebro que preside los cálculos. Lo mismo es cierto para las cuarenta o más cualidades o facultades mentales, cada una puede ser desarrollada de acuerdo con el grado en que nos concentramos en ellas y las ejercitamos. Es bien sabido que al concentrar nuestros pensamientos en cualquier parte particular del cuerpo, podemos acelerar el flujo de sangre a esa parte; por lo tanto, cuando pensamos en ciertas cosas, las células cerebrales o esa porción del cerebro que preside la facultad que corresponde a nuestro pensamiento, recibe alimento adicional del suministro de sangre adicional. De esta manera, las facultades constructivas,el amor, la verdad, la armonía, la buena voluntad, etc., o las facultades destructivas, el odio, el error, la falta de armonía, la mala voluntad, etc.,pueden ser desarrolladas en cualquier medida que deseemos. Si nos detenemos en lo prohibido, los pensamientos, deseos y emociones inferiores; si pensamos en cosasque nos desmoralizan, si permitimos que nuestras propensiones animales nos dominen,nos gobiernen, estamos desarrollando el animal en nosotros, fortaleciendo las células cerebrales que presiden nuestra naturaleza inferior, proporcionándoles nutrición adicional al concentrarnos y ejercitarlas. Por otro lado, si privamos de alimento a las células cerebrales que dan lugar a los pensamientos inferiores, a los deseos animales, los motivos más bajos, a las partes egoístas y codiciosas del cerebro, dejamos de ejercitarlas y gradualmente se atrofian y salen de operación, y las partes más elevadas del cerebro, la naturaleza espiritualy las energías espirituales, se desarrollarán de manera correspondiente a medida que se nutran y se ejerciten más.

En otras palabras, podemos desarrollar o eliminar cualquier cualidad que deseemos actuando según el principio científico de que los pensamientos opuestos – el pensamiento del mal y el pensamiento del bien; lo constructivo y lo destructivo;lo positivo y lo negativo, no pueden existir en la mente al mismo tiempo. Uno excluye al otro. Tú puedes determinar cuál vivirá en tu mente y cuál morirá allí , porque tú puedes elegir. Ahí está todo el secreto. El hombre fue creado para alcanzarla perfección, y una vez que probamos las alegrías más elevadas de la vida, losplaceres inferiores, las pasiones más bajas y los placeres animales ya no nos satisfacen, ya no nos atraen.  

Desearemos las alegrías más elevadas, las experiencias más gloriosas y estarán a nuestromando justo en la proporción en que pensamos en estas cosas, que habitamos en ellas, teniendo persistentemente el objetivo de realizarlas en nuestra vida diaria.



Todo el proceso de desarrollo mental, de la formación del carácter, de alcanzar el éxito y la felicidad, es perfectamente científico. Todo lo que tienes que haceres convocar a tu mente cada día los pensamientos, los sentimientos, las cualidades que deseas dominar en tu vida.  En otras palabras, sigue el mandato de SanPablo:  ” Todo lo que es verdadero,todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable,piensa en estas cosas”.

Realiza este ejercicio mental religiosamente cada día, si es posible varias veces al día. Durante quince minutos a una hora regular, preferiblemente por la mañana, persistentemente mantén en tu mente las cualidades que deseas desarrollar, y en un tiempo relativamente corto adquirirás el hábito del pensamiento correcto y aquello en lo que te has concentrado, comenzará a manifestarse en tu cuerpo, tu carácter y tu entorno.

 Las personas que no están familiarizadas con la ciencia mental, cuando comienzan a estudiar la nueva filosofía de vida, son propensas a pensar que es una especie de varita mágica que las aliviará casi instantáneamente de los resultados del pensamiento erróneo. Ellos esperan deshacerse de todo tipo de condiciones negativas físicas y mentales después de unos pocos días de práctica en química mental, entrando en el silencio, tal vez por dos otres minutos cada día. Piensan que esto debería ser suficiente para curarlos de una condición que han estado desarrollando durante muchos años por un pensamiento negativo y destructivo, consintiendo todo tipo de emociones negativas: celos, malicia, envidia, venganza, guardando rencor, visualizando enfermedades, cuerpos débiles, enfermos y desvitalizados, dando paso al mal genio, latristeza, el desaliento, todo tipo de pensamientos y sentimientos destructivos,y luego esperan deshacerse de todo esto, de las espantosas condiciones que durantetodos estos años han ido construyendo.

Conozco a personas que critican a los sanadores mentales porque después de unos días detratamiento, no pudieron obtener un alivio completo, cuando quizás, en esos mismos días tuvieron suficientes pensamientos negativos para contrarrestar todo el tratamiento. Es debido a la ignorancia general de los vastos poderes de la mente humana y de nuestra capacidad para regular las condiciones, que el mundo está tan lleno de miseria y sufrimiento en la actualidad. Estamos empezando a darnos cuenta de esto, y llegará el momento en que la química mental se considerará infinitamente más importante en nuestras escuelas y universidades que la química física o cualquier otro estudio, porque nuestro destino depende de su conocimiento.  Si los niños fueran entrenados en esta ciencia, pronto aprenderían a distinguir y clasificar a sus amigos mentales y sus enemigos mentales. Ellos sabrían qué emociones y actitudes mentales son depresores, causantes de discordia, y cuáles son estimulantes mentales, elevadores, rejuvenecedores, sanadores. Sabrían que los depresores mentales son productores de enfermedades, ya que reducen el poder de resistencia del cuerpo a las enfermedades e invitan al desarrollo de los enemigos de la salud; también sabrían que los estimulantes mentales, los tónicos mentales, aumentan el poder de resistencia a las enfermedades y tienden a neutralizar, a destruir a los enemigos de la salud. Pronto aprenderían quetodo pensamiento que deprima, cada pensamiento desagradable triste, cada pensamiento sombrío y abatido, es un productor de enfermedades, un destructor de vida; que todos estos pensamientos reducen la acción del corazón, afectan la nutrición y causan estragos en el cuerpo en general. Ellos sabrían que la fe, la esperanza, el buen ánimo, la amabilidad, el amor, son estimulantes mentales y físicos, que promueven la nutrición y estimulan todas las fuerzas de construcción del cuerpo; que son los antídotos naturales de todos los depresores. Los anestésicos han demostrado ser una bendición maravillosa para el mundo, pero la química mental será una bendición infinitamente mayor, porque eliminará una gran parte del sufrimiento de la humanidad, y especialmente el sufrimiento mental y comparativamente con esto, el sufrimiento físico es irrelevante. 



En algunos años, muchas personas habrán aprendido a vivir prácticamente sin dolor ni enfermedades, sin problemas físicos o sufrimientos mentales, porque habrán aprendido lo suficiente de la química mental para neutralizar los venenos que ahora arruinan a las personas – el veneno del miedo, de la preocupación, de la ansiedad, de la envidia, incluso del veneno del odio, de los celos, de la ira,de la venganza, de la maldad, del egoísmo, de todas las emociones destructivas. Gradualmente, la levadura de la nueva filosofía de vida, de la cual la químicamental es solo una parte, se filtrará y revolucionará a toda la raza humana.

El individuo apenas comienza a descubrir su divinidad; que él es un dios en formación; que él mismo es una indestructible parte de la fuerza creativa del universo,que es un co-creador con su Dios, que está en sociedad con Dios; y participa detodos sus atributos y cualidades. Él está encontrando una fuerza en la vida celular de su cuerpo, en el gran interior de sí mismo, que es infinitamente mayor que la fuerza del músculo – su divinidad. Está descubriendo que incluso la fuerza de voluntad es débil en comparación con la fuerza que llega a él a través de la conciencia de su unidad con la Omnipotencia, con la Omnisciencia. Él sabe que a medida que progresa en el camino de la vida, descubrirá toda la verdad acerca de sí mismo; y esa verdad lo liberará de todas sus limitaciones,de todos sus enemigos.


Orison Swett Marden / Traducción Marcela Allen Herrera 


Libros de Orison Swett Marden – Wisdom Collection


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