Pensar correctamente paga grandes dividendos

Cuanto más reconozcamos la tremenda responsabilidad que tenemos por nuestras emanaciones mentales, mejor para el mundo y para nosotros mismos. Cuanto antes enseñemos a los niños pequeños la poderosa verdad que se encuentra en la frase bíblica “Como un hombre piensa, así es”, mejor para las futuras generaciones.

Si un hombre piensa en la enfermedad, la pobreza y la desgracia, las encontrará y las reclamará todas como propias. Pero no reconocerá la cercana relación, negará a sus propias criaturas y declarará que le fueron enviados por un destino maligno.

Walter Atkinson nos dice que “el que odia es un asesino”. Cada profesor de jardín de infancia y escuela pública debería incorporar esta idea en las lecciones diarias para los niños.

Puede que no sea posible enseñar a un niño a “amar a cada prójimo como a sí mismo”, porque ese es el mandamiento más difícil de seguir al pie de la letra; pero es posible eliminar el odio de una naturaleza si despertamos compasión por el objeto de desagrado. No podemos odiar aquello por lo cual sentimos compasión.

La maravillosa Inteligencia que puso en acción este magnífico sistema de mundos debe haber sido inspirada por el amor a todo lo que creó. Tanta grandeza y magnificencia, tanta perfección en los detalles, solo podría surgir del Amor.

Todo lo que es inarmónico en nuestro pequeño mundo se debe a que el individuo sustituyó el amor y la fe, por el odio y el miedo.  Cada vez que permitimos que el odio o el miedo dominen nuestras mentes, desorganizamos el orden del universo y causamos problemas a la humanidad y a nosotros mismos. Puede que tarde un poco en llegar a nosotros, pero es seguro que volverá a la mente que envió la causa.

Cada vez que abrigamos pensamientos de amor, compasión, perdón y fe, contribuimos al bienestar del mundo y creamos condiciones afortunadas y exitosas para nosotros.  Aquellos también pueden tardar en llegar a nosotros, pero de seguro vendrán.  

El pensamiento correcto no se logra en un día o una semana. Debemos entrenar la mente para rechazar la camada de pensamientos abatidos, resentidos, temerosos y prejuiciosos que se le acercan, y para invitar y mantener pensamientos alegres, amplios y saludables en su lugar, así como superamos los tonos falsos y cultivamos los musicales al educar la voz para cantar.

Cuando nos damos cuenta de que alejando los pensamientos pesimistas, enojados y amargos, en gran medida estamos alejando la enfermedad y la desgracia; y que cuando buscamos un estado de ánimo más amable y feliz, al mismo tiempo estamos buscando el éxito, la salud y la buena suerte, entonces encontramos un nuevo impulso en el control de nuestras fuerzas mentales.

A todos nos encanta que nos paguen por nuestras obras valiosas, incluso cuando creemos en ser buenos solo por el bien. Y nada en la vida es más seguro que esto: PENSAR CORRECTAMENTE PAGA GRANDES DIVIDENDOS.

Piensa en el éxito, la prosperidad, el bien. Es mucho más beneficioso que pensar en la autodestrucción o el esfuerzo de autodestrucción porque eso es un acto que apunta a una imposibilidad. Tú puedes destruir el cuerpo, pero el Tú que sufre en mente y espíritu, aun seguirá viviendo y sufriendo. Solo cambiarás tu ubicación de un estado a otro. Tú no te creaste a ti mismo, no puedes aniquilarte a ti mismo. Simplemente puedes ponerte entre los vagabundos espirituales que merodean por las fronteras de la tierra porque no han preparado un lugar mejor para ellos.

El suicidio es barato, vulgar y cobarde. Debido a que has arruinado una parte de esta vida, no arruines la siguiente. Repara tu vida rota aquí, sigue adelante con valentía y con compasión y amor en tu corazón, decidido a ayudar a todos los que puedas y a mejorar tu condición lo antes posible.

Muchas personas han hecho esto después de los cincuenta y han vivido treinta buenos años para disfrutar de los resultados.

No te sientas herido por las personas que te desprecian o que se refieren a tu pasado errado. Siente compasión por ellos. Yo preferiría ser un pecador reformado de corazón tierno que un modelo de buen comportamiento de corazón duro. Yo prefiero aprender la compasión a través del pecado que nunca aprenderla en lo absoluto.

No hay nada que no podamos superar y elevarnos y vencer. No hay nada que no podamos ser en el camino de la nobleza y el valor.


El Corazón del Nuevo Pensamiento – Ella Wheeler Wilcox (1903)


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