Qué es la Metafísica

La palabra metafísica, como indica su composición, denota algo por encima de lo físico; “meta” que significa “sobre” y “física” en referencia a las formas de la materia. Entonces, trabajar en el plano metafísico significa emplear leyes que trascienden los medios o agencias físicas. Por lo tanto, es ir más atrás de las cosas que vemos, las cuales llamamos “la manifestación”, hasta encontrar la causa de la manifestación. Es la búsqueda de la Causa Última y la ley por la cual el Espíritu crea un mundo y pone en manifestación los objetos materiales y la vida física.

Nuestro estudio de la metafísica aplicada está diseñado para aclarar estos hechos: En el principio, solo hay Mente o Espíritu. En consecuencia, lo que se haga debe hacerse de la Mente. La mente solo puede actuar pensando; entonces, es el pensamiento lo que toma la sustancia llamada mente y lo moldea en forma. Dios hace un mundo a partir de sí mismo.

Como todo en el cosmos, comienza en el pensamiento y se manifiesta en forma, la creación es el proceso por el cual tiene lugar la actividad. Podemos llamarlo evolución o podemos llamarlo ley. Por ley, nos referimos al método que el Espíritu sigue para hacer las cosas. Esta es la Ley de Causa y Efecto; ya sea en la creación de un planeta o de un hombre; el pensamiento es la causa y la manifestación es el efecto. Incluso las llamadas leyes del universo físico son simplemente la actividad de esta ley en alguna forma.

Por lo tanto, la metafísica nos enseña cómo podemos gobernar nuestros cuerpos, nuestro mundo y nuestra felicidad por los pensamientos que pensamos, porque declara que el individuo reproduce el método creativo y que, lo que es verdad en el macrocosmos o el universo es verdad en el microcosmos o lo individual – que los pensamientos se convierten en cosas. También declara que al adquirir el conocimiento de la ley y trabajando en armonía con ella el individuo puede liberarse de todo tipo de limitaciones.

Nuestros estudios posteriores revelarán que finalmente la mente creativa en el individuo y la mente creativa en el universo no son dos, sino esencialmente Una. El valor de este entendimiento es que podemos usar fuerzas creativas universales para asegurar el bien que deseamos, sin sentir que tenemos que crear. Nosotros no hacemos la ley, la usamos y hace nuestro trabajo por nosotros.

Por consiguiente, toda sanación es divina. “Nos será hecho, así como queremos”, no lo hacemos nosotros. La voluntad humana origina sus propias ideas, pero la Mente Divina crea. El sanador no es la fuente, sino el canal; no es la luz, sino la ventana; no es la electricidad, sino el cable. Él es el maestro quien guiará hacia la verdad hasta que el paciente aprenda el camino por sí mismo.

Entonces, toda sanación metafísica se basa en el principio de que el cuerpo del individuo y sus asuntos son creados por la mente, la cual puede construir o destruir, y que esta mente es controlada por el pensamiento. Jesús fue el Metafísico Supremo, porque él podía hablar la palabra de autoridad a la mente tan positivamente que cuando dijo: “Levántate y toma tu camilla”, el paralítico hizo lo que se le ordenó.

Es evidente que Jesús usó una ley que está abierta al uso de todos. La constitución del hombre no ha cambiado, ni tampoco su naturaleza esencial, así, hoy las personas están demostrando este poder. Lo considero el trabajo más grandioso que hoy atrae la atención de la humanidad – no la simple sanación – sino el avance del conocimiento de estas cosas en un mundo de necesidad.


“La Ley de la Mente en Acción” por Fenwicke Holmes


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