Sé tu mismo y olvídate del “qué dirán”. Atraerás lo que realmente te pertenece.

 

Mi mundo es de mi propia creación y solo siendo fiel a mí mismo, seré fiel a mi mundo. Y mi mundo se fortalecerá continuamente; haré de el un lugar digno de los dioses. Por tanto, déjame abandonar mi alma a la ley de su propio amor. Déjame hacer lo que la ley requiere de mí; déjame ser natural.

Es más fácil hacer lo que demandan otras personas; ahorra tanta molestia pensar los pensamientos comunes, comer la comida común y vestirse de acuerdo con el decreto de la moda, incluso si nuestro propio gusto reclama algo completamente diferente.

Apenas nos damos cuenta de cómo empequeñecemos nuestra capacidad y debilitamos nuestras fuerzas cuando nos dejamos conducir, dirigir y moldear de acuerdo con la idea de otra persona, sin considerar que nuestra propia naturaleza exige individualidad y nuestra propia alma clama por una expresión natural. Y luego, cuando ignoramos la súplica del alma, pequeñas cosas comienzan a preocuparnos y acosarnos, y así van desgastando y desintegrando las fuerzas vitales.

Burgoyne dice que las fajas y los zapatos apretados han contribuido más a destruir la espiritualidad de la generación actual que todas las demás causas de ignorancia combinadas; que una cintura apretada significa un plexo solar inútil, y que un plexo solar inútil, significa incapacidad espiritual. Por supuesto, la incapacidad espiritual significa esclavitud a las fuerzas de la naturaleza, en lugar de estar en sintonía con ellas.

Pero hay otra forma que muestra nuestra esclavitud, esto es, el hábito de hacer cosas para lograr la aprobación de la gente, por el “qué dirán”. Cuando aprendemos a ser fieles a nosotros mismos, comprobamos cuánto más fáciles se vuelven a todas las condiciones de la vida.

Sólo hay una forma de ajustar tu vida y armonizar tus asuntos, y es ser perfectamente natural. Si quieres ser una bella persona, simplemente sigue la ley de tu propio estilo natural y tu concepción de ese estilo. Si quieres ser feliz, entrégate a los dictados de tu propia alma; es decir, sigue la voz de la conciencia. Siempre indica el camino verdadero, aunque que no sea el camino de la iglesia o del mundo.

Camina como te hagan caminar las leyes de tu propio ser, y no te dejes paralizar por la eterna pregunta de la rana: qué pie irá primero. Si es tu naturaleza volar con los pájaros, no intentes arrastrarte solo porque muchos gusanos, que no saben nada más que arrastrarse, te critican porque vuelas.

Atrévete a ser tú mismo. Atrévete a seguir los dictados de la naturaleza de tu propia alma y abandonarte a la verdad tal como se te revela, incluso si te lleva a alturas y profundidades mucho más allá de la concepción de los demás. Porque en tu mundo puede haber alturas y profundidades desconocidas para mí. Pero ¡en el nombre del cielo! tú puedes manifestar en tu mundo todas las maravillas que jamás se han pensado e incluso más.

Grace Brown – Revistas del Nuevo Pensamiento, 1907

 



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