Cómo Cambiar las Circunstancias

Thomas Troward (Maestro) y Genevieve Behrend (Estudiante)

Estudiante: Cuando todo el entorno de uno es de pobreza, enfermedad u otras limitaciones, ¿cómo puede uno tener pensamientos hermosos y esperanzadores? ¿No es cierto que el ambiente influye en los pensamientos y sentimientos de uno? Mientras uno se vea obligado a vivir en el mismo ambiente adverso, no veo cómo puede haber muchos cambios.

Maestro: Si uno estuviera perfectamente satisfecho con un entorno como el que describes, no podría haber, ni habría, ningún cambio. Pero si uno estuviera divinamente insatisfecho con tales condiciones y deseara mucho cambiarlas, se puede hacer en cualquier momento, tan completamente como se desee, recurriendo y usando las Leyes de la vida. Supongamos, por ejemplo, que te gustaría un puesto más agradable, más lucrativo, menos horas, etc. Si sales a buscar ese “trabajo”, intenta salir con el sentimiento de que tienes algo valioso para dar a un empleador y no salgas para ver cuánto puedes obtener. Si das, el obtener automáticamente seguirá. Lleva contigo la luz de la consciencia-de-Dios en la búsqueda de la mejora de tu posición; y cuando te acerques a tu posible empleador, deja que la luz brille. Supongamos también que deseas una casa mejor y más cómoda en la que vivir. El sólo hecho de que desees este cambio es una prueba positiva de que la tendrás, si cumples con los requisitos. Muchas personas intentan traer armonía a un hogar consiguiendo un hogar más grande y mejor, o cambiando de compañía, mudándose a otra comunidad. Temporalmente quizás eso podría ayudar, pero de ninguna manera duraría. Intentar traer felicidad o libertad a la vida mediante cambios externos no es sabiduría, no es arte verdadero. Eso es un mal uso de los materiales divinos. El cambio debe ocurrir primero dentro. Primero debe establecerse en la mente y mantenerse firmemente allí si va a ser algo más que sólo temporalmente eficaz. Mientras una tendencia de pensamiento permanezca igual, el resultado será el mismo. La ley de la vida es: Para cambiar un efecto, primero debe cambiarse la causa. La causa conduce; los efectos siguen. El pensamiento es la causa; las condiciones son los efectos.

El anhelo de un bello entorno, de salud y libertad, de una hermosa imagen en perfecto equilibrio, proviene del Gran Artista que ha hecho toda la Naturaleza. Está él pintando su imagen ideal para nosotros en el lienzo de nuestras mentes individuales.

Dios es Mente, Vida, Inteligencia, Poder, Belleza, Amor, Armonía, etc. Si deseamos cualquiera de estas cosas, entonces seguramente el Creador de todas ellas debe haber plantado ese pensamiento-semilla en la mente. Debe haber susurrado a ese oído mental y a ese corazón espiritual que la verdad es tuya. Dios te ha elegido como un instrumento sagrado a través del cual manifestar todas sus bellas y maravillosas cualidades de Vida. Es el orden y la voluntad divina que tú debes manifestar esa cosa en particular, ese lugar particular en la Vida.

Extracto del libro “Cómo Vivir y Amar la Vida” por Genevieve Behrend / Traducción de Marcela Allen Herrera

Como Vivir y Amar la Vida  (Spanish Edition)

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