Afirmemos: Todo está bien

Las enfermedades son estados de conciencia erróneos y no son parte de la Ley Divina. Debemos reconocer que el único poder que tiene es el que nosotros mismos le damos. “La oscuridad existe solo mientras la luz permanezca lejos de ella. Tu pensamiento positivo es la luz, y el miedo y la enfermedad son la oscuridad. Solo tienes que traer un buen pensamiento y la oscuridad desaparecerá ”

Por eso, debemos dejar de darles poder y dirigir nuestra atención a cosas superiores.

Propongámonos firmemente:

Dar vida a la alegría pensando en aquello que nos haga sentir felices. No escuchemos cosas que despierte en nosotros el pensamiento de temor, ni tampoco compartamos nada que lo despierte en los demás; busquemos todo aquello que traiga paz.

Saquemos inmediatamente cualquier pensamiento negativo y reemplacémoslo por uno positivo. Hacemos ese esfuerzo sabiendo que, de esta forma, estamos sanándonos a nosotros mismos y también a los demás, porque enviamos ahora un nuevo pensamiento positivo que será recibido por otra persona, se irá haciendo más fuerte y regresará a nosotros para fortalecernos cada vez más.

Es muy importante que antes de acostarnos no veamos noticias ni leamos nada que nos atemorice, jamás debemos acostarnos asustados. Si al momento de irte a la cama te sientes atemorizado, debes limpiar todos esos pensamientos y sentimientos. Dependiendo de tu creencia religiosa, puedes leer la biblia, por ejemplo, el S almo 46; o también puedes realizar una meditación en la cual logres un sentimiento de paz y tranquilidad, solo entonces, estarás listo para dormir. Cuando cierres tus ojos, visualiza una imagen donde estás con tus seres queridos, disfrutando felices juntos, celebrando porque ya toda esta situación actual ha quedado atrás. Repite en tu mente, “Ya está todo bien”.

Duérmete en el sentimiento de mayor paz que puedas alcanzar.

Al día siguiente, antes de levantarte, vuelve a repetir “Ya está todo bien” da gracias a Dios porque la paz ya esta en tu corazón. Y mantente firmemente en ese pensamiento.

Hagamos que la sabiduría sea la luz del mundo, afirmando que todo está bien en la inteligencia omnipresente. Veamos en la mente la sustancia pura y perfecta de Dios y seguramente se manifestará. Esta es la forma de destruir la enfermedad, este es el antídoto para el virus.

Nosotros negamos la entrada en la mente del pensamiento de enfermedad y dejamos que la luz se manifiesta en cada parte de nuestro ser.

No olvides, cada minuto ¡Elige Felicidad!

 


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