Frecuencia Mental

Por William Atkinson

Somos en gran medida lo que hemos pensado que somos; el balance es representado por el carácter de las sugestiones y los pensamientos de otros, los cuales nos alcanzan directamente por sugestiones verbales o telepáticamente por olas de pensamientos. Sin embargo, es nuestra actitud mental general la que determina el carácter de las olas de pensamiento que recibimos de otros, como también los pensamientos que emanan de nuestro interior. Recibimos sólo los pensamientos que están en armonía con la actitud mental general que mantenemos; los pensamientos que no están en armonía, nos afectan muy poco ya que no despiertan una respuesta en nosotros.

El hombre que cree firmemente en sí mismo y mantiene una fuerte actitud mental positiva de confianza y determinación, no será afectado por los pensamientos negativos adversos de desaliento y fracaso emanados de las mentes de otras personas en las cuales estas cualidades son dominantes. Al mismo tiempo si estos pensamientos negativos alcanzan a alguien cuya actitud mental ha sido establecida en una nota baja, profundizan su estado negativo y adhieren gasolina al fuego que está consumiendo su fuerza o si prefieres, dicho de otro modo, servirá para sofocar más el fuego de su energía y actividad.

Atraemos hacia nosotros los pensamientos de otros que son del mismo orden. La persona que piensa en éxito será susceptible a sintonizar con las mentes de otros pensadores similares, y ellos le ayudarán y él a ellos. La persona que permite que su mente habite constantemente en pensamientos de fracaso se pone a sí mismo en estrecho contacto con las mentes de otras personas “fracasadas” y cada uno tenderá a tirar aún más hacia abajo al otro. La persona que piensa que todo es malo, es susceptible de ver mucha más maldad y entrará en contacto con otros que parecen probar su teoría.  Y la persona que busca el bien en todo y todos será capaz de atraer cosas y personas correspondientes a este pensamiento. Generalmente, vemos aquello que buscamos.

(William Atkinson)

Serás capaz de comprender esta idea más claramente si piensas cuando escuchas música en la radio, sabes que para escuchar determinada frecuencia las señales radiofónicas entre el centro de transmisión y tu aparato de radio han de ser idénticas. Solo escucharás la frecuencia que has sintonizado, mientras que otras frecuencias estarán pasando por el aire, pero no las escucharás; si sintonizas la frecuencia 100.1 no podrás escuchar la 90.3. La misma ley se aplica a las operaciones del pensamiento. Recibimos sólo lo que corresponde a nuestra sintonía mental. Si hemos estado desalentados, podemos estar seguros de que hemos caído en una frecuencia negativa y hemos sido afectados, no sólo por nuestros propios pensamientos, sino también hemos recibido y añadido pensamientos depresivos de carácter similar, los cuales son constantemente enviados hacia afuera desde las mentes de otros desafortunados quienes aún no han aprendido la Ley de Atracción en el mundo de los pensamientos.

Y si eventualmente nos elevamos a las alturas del entusiasmo y la energía, qué rápido sentimos el influjo de coraje, osadía, pensamientos energéticos y positivos enviados por los hombres y mujeres del mundo. Reconocemos esto sin problema cuando entramos en contacto con personas y sentimos sus vibraciones, depresivas o vigorosas, según sea el caso. La misma ley opera cuando no estamos en su presencia, pero no con mucha fuerza.

La mente tiene muchos grados de tonos, que van desde la nota positiva más alta a la nota negativa más baja, con muchas notas entre medio, variando en tono de acuerdo a su respectiva distancia desde el extremo positivo o negativo.

Cuando estás operando en el extremo negativo del teclado mental te sientes deprimido, débil, indiferente, sin brillo, temeroso y sin coraje. Y te encontrarás incapaz de avanzar o de tener éxito. El efecto que tienes sobre los demás es prácticamente nulo. Eres dirigido por otros, en lugar de dirigir, y eres utilizado como un tapete o una pelota por las personas más positivas.

Cuando tu mente está operando por el lado de las líneas positivas te sientes fuerte, dichoso, radiante, alegre, feliz, seguro y confiado, y estás capacitado para hacer bien tu trabajo, para llevar a cabo tus intenciones y progresar en tu camino hacia el éxito. Tú envías un fuerte pensamiento positivo, el cual afecta a los demás y les haces cooperar contigo o seguirte, de acuerdo a la nota mental que tengan.

Traducción y Adaptación de Marcela Allen Herrera

Extraído del Libro “La Ley de Atracción en el Mundo del Pensamiento” de William Atkinson

La Ley de Atracción en el Mundo del Pensamiento: Un Clásico que le Ayudará a Crear la Vida que Desea (Spanish Edition)

¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir Felicidad en tu correo electrónico!

No enviamos spam. Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Te puede interesar...