Hay Palabras que Hieren

A veces pienso que las heridas sin intención son más crueles que las que se dan en un estallido de ira, porque decir palabras que lastiman es un indicio de que no nos hemos preocupado lo suficiente como para pensar cómo afectará al otro. Entonces, el otro no puede dejar de sentir que no hemos sido fieles al amor; y nada duele más que el descuido.

Sin amor no hay nada; y el amor se debilita en el abandono y la irreflexión. Un hierro candente sobre el pecho no dañará al cuerpo tanto, como la palabra y el acto que se abre camino en el alma de aquellos que tenían razones para esperar algo mejor.

Pocos hombres o mujeres pensarían en enterrar un puñal en la carne de otro, sin embargo, usan la lengua, que es una espada de doble filo, y la giran dentro de la herida. Perfora la atmósfera vital de la vida emocional y deja su huella en el interior. Así, tanto el alma como el cuerpo son sumergidos en el infierno.  

Llegará el día en que impondremos una considerable multa al hombre o la mujer que prediga desastre y enfermedad, y pronuncie predicciones del mal venidero, porque está maldiciendo a la raza. No obstante, hoy pasamos las páginas de nuestros periódicos y leemos sobre aquellos que pronostican el regreso de un terrible flagelo o algún gran cataclismo de la naturaleza, y luego expone los instrumentos de su industria, listo para cosechar el fruto que brotará de la horrible semilla que ha originado.

Pronósticos nefastos, charlas de los llamados tiempos malos, búsqueda de fallas, declaraciones pesimistas, calumnias, chismes de un carácter malicioso – todo esto es el engendro y el íncubo de la enfermedad, la carencia y la miseria, ya que caen en el suelo fértil y productivo de la conciencia racial y al entrar en cualquier puerta que se balancee sobre bisagras desprevenidas, hacen su morada dentro del cuerpo.

Nuestra Tendencia a Dejar Pasar Sugestiones Negativas

Hay quienes leen esto y exclaman: “Sí, eso es así. Mira lo que he sufrido a causa de la lengua y los actos de los demás. Ellos me lo han tirado encima”. Este quizás es un pensamiento natural, pero muy peligroso, porque si es verdad que debemos aceptar estas cosas, somos esclavos del pensador más vulgar entre nosotros.

Eso no es correcto. Nosotros somos hijos de elección. Somos gobernantes de nuestra vida por derecho de esa libertad Divina dentro de nosotros que determina qué pensamientos e impresiones serán admitidos a la conciencia. El ser consciente es el guardián de la casa del Señor de nuestra vida y puede desafiar a todos los que vienen. Observa cada pensamiento y pregunta:  “¿Quién eres? ¿Cuál es tu propósito? ¿Presagias algo bueno o malo? ¿Buscas esclavizarme o servirme?”

 En definitiva, debemos protegernos contra el control inconsciente de nuestras vidas y el destino externo, no debemos perder de vista el hecho de que nosotros mismos estamos constantemente iniciando las causas que nos originarán enfermedades e infelicidad o salud y felicidad.

 


Basado en las enseñanzas de Fenwicke Holmes “Ser y Convertirse”


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