La Ley de tu Vida

Cada uno de nosotros selecciona la ley bajo la cual vivirá. No es cierto que nosotros hacemos la ley; pero decidimos qué ley obedeceremos. El ciudadano vive bajo la ley civil que él ha ayudado a hacer. Si no la hizo, aun así, él elige vivir bajo ella, ya que puede emigrar a otro país o puede negarse a obedecerla. El soldado se somete a la ley militar y el marino se somete a la ley del mar. El médico se somete a la ley de la medicina, y el osteópata a la ley de la manipulación. El alma temblorosa y temerosa elige vivir bajo la ley del azar y se encuentra en un mundo correspondiente, con accidentes, inundaciones y tormentas repentinas. El drogadicto, el borracho, se rige por la ley de su elección, prefiriendo sus duras tareas en el lugar del abandono de sus sensaciones. El pesimista elige vivir bajo la ley de la nube; y el optimista bajo la ley del sol. El materialista vive en un mundo de materia regido por leyes materiales y en un universo de fatalismo. El alma glorificada dice: “Yo vivo en un mundo mental y obedeceré sus leyes. Yo tengo mi ser en un mundo de Espíritu y puedo controlar mis propias condiciones. Yo existo en el corazón del Infinito y disfrutaré sus frutos de amor, porque los frutos del Espíritu son amor, dicha y paz “.

¿Bajo qué ley estás viviendo hoy? Tú puedes elegir cuál. Pero recuerda que dentro de cada ley el principio fundamental del universo sigue en funcionamiento; cada causa tendrá su efecto. Toda buena acción tiene su recompensa; toda palabra malvada tiene sus consecuencias; cada acto de fe atraerá su más alta orden del cielo.

Por lo tanto, hoy déjame elegir vivir bajo la más alta ley del ser y déjame continuar con perfecta seguridad. Si cumplo con mi ley, mi ley me mantendrá. Si obedezco mi ley, mi ley me obedecerá. No dejes que olvide que yo hago mi mundo con los pensamientos que pienso.

REALIZACIÓN

Mi ley hoy es amor, fe, prosperidad y verdad. Yo miro sin vacilar hacia el futuro porque hoy estoy sembrando la semilla para mi futura cosecha, y es buena. Yo espero una buena cosecha. Así que hoy descanso en paz y fe. Yo creo en Dios. Su ley es el amor.


Fenwicke Holmes – La Ley de la Mente en Acción – Colección Wisdom


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