La Vida es como una tela

Por James Allen.

Si alguien mira superficialmente un pedazo de tela, lo ve como un pedazo de tela, pero si va más allá y examina su fabricación, cuidadosamente y con atención, verá que está compuesto por una combinación de hilos individuales y que, si bien todos los hilos son interdependientes, cada hilo sigue su propio camino, nunca se confunde con su hermano hilo. Es esta ausencia total de confusión entre los hilos particulares, lo que constituyen la obra terminada, una pieza de tela; cualquier enredo del hilo lo convertiría en un trapo inútil o un montón de basura.

La vida es como un pedazo de tela, y los hilos que la componen son las vidas individuales. Los hilos, a pesar de ser interdependientes, no se confunden uno con el otro. Cada uno sigue su propio curso. Cada individuo sufre y disfruta de las consecuencias de sus propios actos y no de los actos de los demás. El curso de cada uno es simple y definido; formando el todo una complicada, pero armoniosa, combinación de secuencias. Existe acción y reacción, acto y consecuencia, causa y efecto, y la reacción de equilibrio, consecuencia y efecto, está siempre en proporción exacta con el impulso inicial.



Una pieza de tela duradera y agradable no puede ser hecha con un material de mala calidad, y los hilos de pensamientos egoístas y malas acciones no pueden producir una vida útil y bella – una vida que va a lucir bien y va a soportar la inspección detallada . Cada persona hace o estropea su propia vida; no es hecha o estropeada por su prójimo ni por nada externo a sí mismo. Cada pensamiento que tiene, cada acto que hace, es otro hilo – de mala calidad o genuino- fabricando la vestimenta de su vida; y como él es quien hace la prenda, él debe usarla. Él no es responsable por las acciones de su prójimo; él no es el vigilante de las acciones de su prójimo; él sólo es responsable de sus propios actos; él es el vigilante de sus propias acciones.

El “problema del mal” subsiste en las propias malas acciones de una persona y se resuelven cuando las acciones se purifican. Rousseau dice: “Hombre, ya no busques el origen del mal; tú mismo eres su origen. ” 

El efecto nunca puede ser separado de la causa; nunca puede ser de una naturaleza diferente de la causa. Emerson dice: “La justicia no se pospone, una equidad perfecta ajusta el equilibrio en todos los aspectos de la vida”.

Y hay un sentido profundo, en el que causa y efecto son simultáneos y forman un todo perfecto. Por lo tanto, en el instante en que un individuo tiene un pensamiento cruel o hace un acto cruel, en ese mismo instante ha lastimado su propia mente; él no es el mismo individuo que fue el instante anterior; él es un poco más malo y un poco más infeliz; y un número de tales pensamientos y acciones sucesivas, producirá un individuo cruel y despiadado. Lo mismo se aplica al contrario, al tener un pensamiento bondadoso o realizar un acto bondadoso, asiste una nobleza y felicidad inmediata; la persona es mejor de lo que era antes, y un número de tales hechos produciría un alma grande y dichosa.

Por lo tanto, la conducta humana individual determinada, por la infalible ley de causa y efecto, el mérito o demérito individual, la grandeza o la inferioridad, la felicidad o la miseria individual. Lo que una persona piensa, eso es lo que hace; lo que hace, eso es. Si alguien está perplejo, infeliz, inquieto o desdichado, déjalo que se mire a sí mismo porque allí, y en ninguna otra parte, está la fuente de todos sus problemas.

 


James Allen / Traducción Marcela Allen



¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir Felicidad en tu correo electrónico!

No enviamos spam. Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Te puede interesar...