No Seas Engañado por las Apariencias

 

Por Emma Curtis Hopkins 

“No seas engañado”. Estas son las palabras de Jesús. El Espíritu nunca engaña; la materia es la única que engaña,  la materia hace todas las apariencias. Así es con todos nosotros. Miramos a los demás en los tonos rojos, verdes o azules de nuestras propias ideas y los vemos completamente diferentes de lo que son en realidad. Entonces exactamente lo que describimos como su carácter – que no es la verdad sobre ellos- debe ser nuestro propio tipo de mente en algunos de sus caminos.

Luego, cuando recibimos los castigos que hemos sentido honestamente pertenecientes a ellos, estamos completamente asombrados y afligidos y nos sentimos muy maltratados. Esto explica por qué los justos son extrañamente afligidos. Ven más defectos en la humanidad que cualquier otra clase de personas. Así, la lección es: “No seas engañado”, ni en el hombre ni en Dios, porque el hombre y Dios en verdad son buenos. En apariencia pueden parecer malvados.

Emma Curtis

En el Bhagavad Gita, el libro sagrado del hinduismo, se nos dice que el Espíritu de Dios dice: “Aquel que con una visión clara me ve como el Espíritu Supremo, me adora en todas las formas” En otras palabras, “dejando que las formas permanezcan, no oponiéndose a nada, pero de ninguna manera engañado, me reconoce en todas las personas y en todas las cosas”. Esta es otra manera de decir que el Espíritu es la única sustancia.

Así el hombre es Espíritu. Si el hombre, o todo, es Espíritu, entonces Yo Soy Espíritu. Si el Espíritu no puede estar en la pobreza, Yo no puedo estar en la pobreza. Si el Espíritu no puede ser agobiado, Yo no puedo ser agobiado. Si el Espíritu no puede estar enfermo, Yo no puedo estar enfermo. Todo esto no es nada para el Espíritu, por lo tanto, no son nada para mí. Yo no soy engañado por ninguno de ellos.

Esta es la única religión que trabajará prácticamente con la mente y sacará las formas externas en nuevas combinaciones. Es una religión que nos enseña a ser agradecidos con el Espíritu por todo el bien que nos llega y comprender que todo el mal que viene es por haber imaginado algo en contra del hombre, de Dios o el universo, que no podría ser posible.

Adoramos al Espíritu en todas las formas y dejamos las formas solas. No tratamos de cambiarlas; ellas mismas cambian por nuestros pensamientos del Espíritu. Hay una ley de dejar a un lado las apariencias por la Verdad. Aprendemos la Verdad y somos maestros de la ley. Moisés dijo lo mismo en un lenguaje más simbólico: “Qua haya luz en el firmamento”. Él no sólo quería decir el sol, la luna y las estrellas de los cielos, sino también se refería a los pensamientos que los hicieron.

No te dejes engañar por tu imaginación. Vive por Principio. El razonamiento basado en el Principio puro es como la luz del sol para la mente y la vida. Pronto aprendemos a conocer el significado de todas las cosas. Sabemos exactamente qué hacer. Por lo tanto, deja que el razonamiento, basado en una buena premisa verdadera, guíe tu vida.

A medida que surjan las imaginaciones, déjalas solas. El simple conocimiento de que son imaginaciones es suficiente para hacerlas nulas y sin valor. Las imaginaciones tratan con el mal, la muerte, la enfermedad, la pobreza, la vejez, el dolor, el fracaso y otras cargas y esclavitudes de la raza. La verdad no trata con ellos; los deja solos. Nosotros, estando en la Verdad, también dejamos las imaginaciones solas. Por esta lección verás que no tienes que tratar de hacer que tu Verdad funcione. Tú lo sabes. Conoces la Verdad que te hace libre. Tú la hablas y es su propio principio de trabajo.

 

“Grandes Lecciones Metafisica Cristiana”  por Emma Curtis Hopkins – Traducción Marcela Allen 

 

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